Pese a que todavía no se reemplazaron los caza Mirage III, íconos de la Guerra de Malvinas desprogramados en los últimos días del kirchnerismo en el poder, el Gobierno ya analiza las distintas opciones del mercado para sustituir los A4-AR Fightinghawk, los únicos aviones de combate que le quedan a la Fuerza Aérea de Argentina y que no serán dados de baja en 2022, como se esperaba, sino en 2018, ya que además de ser viejos, casi no se consiguen repuestos.
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